sábado, 21 de abril de 2012

Capítulo 19 Hospital :S!


Me dolía muchísimo una pierna y un brazo, no sentía la cintura apenas intentaba moverme pero no podía algo me lo impedía... ¿Por qué sería? que había hecho yo en la vida para recivir un golpetazo tan grande que me haya dejado cao... Necesitaba poder ver quien estaba conmigo... que tenía, ¡necesitaba saber algo! ¿me despertaría algún día? Tenía miedo.. ¿y si no volvía a ver a esas eprsonas tan especiales?
Llegó alguien a la habitación se puso a hablar, no escuchaba casi nada, cada vez escuchaba menos las cosas que decían, deseaba recuperarme.. ponerme bien necesitaba poder respirar por mi misma, poder dar mis opiniones...
Me llevaban de la habitación en la que estaba, ¿qué me iban a hacer?  ójala me pudieran despertar... que daría por ello... lo necesitaba.
Me volvieron a llevar a la habitación de antes, decían que lo de despertarme era cosa mía... que solo constaba que quisiera o no quisiera despertarme yo. Yo quería..., ¿por qué no podía? ¿tendrían que pasar días? Pfff... tenía mucho miedo...
Pasaron 2 días y aún seguía  dormida, ya sentía algo más las partes de mi cuerpo, aun que la pierna y el brazo me dolía aún mucho. ¡Alfin! pude mover una mano. Aquello me alegró muchisimo, estaba intentando abrir los ojos, los tenía entreabiertos, veía todo borroso, no sabía quien había en la sala, había muchas caras que no conocía, había tres chicas, creo que también estaban los amigos de Óscar, Óscar, Selenia, mi madre, mi padre y mi hermano. Me alegré por verles allí.
-Luna, Luna, Lunaaa hija mía ,¿estás despierta?, por favor contesta.-dijo mi madre desesperada.
-¿Mamá...?.-dije por lo bajo.
-Si hija soy yo.. dios que susto nos has hecho pasar... ¿estás bien? te duele algo?.-me dijo a toda prisa.
-Mamá... me duele el brazo, el brazo y la pierna, no soporto el dolor, por favor, ayúdame, ¡ayúdame!.-le dije con la voz un poco más alta con las lágrimas corriéndome por las mejillas.
-Luna... que te lo has roto, la pierna y el brazo no te han escayolado porque estabas dormida, ya llamo al médico... tranquila.-me dijo levantándose y lléndose  hacia la puerta.
-¡Luna!.-gritaron los amigos de Óscar, Óscar y Selenia a la vez, Óscar y Selenia me abrazaron y grité lo que pude, aun que no fue mucho.
-Nos tenías preocupados... mucho.-dijo Selenia con una cara de preocupación.
-Me alegro de que os preocupaseis por mí... tenía mierdo de no volver a veros.-dije con voz baja.
Llegó el médico con mi madre.
-Luna, ¿como te encuentras?.-dijo el médico.-soy el doctor Javier Gómez.
-H-hola... me duele mucho el brazo y la pierna...-dije con voz ténue.
-Vale, vamos ir a hacerte radriografías y si tienes roto algo, te lo escayolaremos, ¿vale? no tengas miedo,  a sido un accidente demasiado fuerte.-dijo moviendo la camilla para salir de la habitación.
-Vale... ¿puede venir él conmigo...? ¿por favor?.-dije mirando a Óscar.
-Claro, pero al hacer las radiografías tiene que quedarse fuera de la sala.-dijo dándole paso.
-Vale, yo me quedo fuera.-dijo Óscar cogiéndome la mano.
Sonreí y llegamos a la sala de las radiografías, no me podía mover aún me dolía del golpe que me habían dado, cosa que me tuvieron que ayudar para poder hacerme las radiograias. Cuando me las hicieron me dijeron que tenía una pierna rota y el brazo roto también por el golpe.
Me llevaron a otra sala, allí me escayolaron, me dijeron que tendría que estar tres semanas con la escayola del pie y 1 y media con el del brazo yo que había sido menos grave, que cuando pasara ese tiempo que fuera a ver si se me había curado.
-¿Cuándo me darán el alta?.-le dije moviendo la cama para poder ponerme sentada un poco.
-Pues mañana de tarde o al día siguiente.-me dijo sonriendo.
-Bueno, espero que se me cure pronto, odio no poder moverme por mi misma...-dije pensando.
-Pues no te vas a poder mover, vas a tener que estar en una silla de ruedas ya que muletas no peudes usar porque también tienes la mano rota.-me dijo mi madre, porque el médico se había ido ya.
-¡NOOOOOOOOO! no mamá no voy a estar semana y media sentada en una silla de ruedas, no eso es superior a mis fuerzas, no me voy a estar sentada,además, ahora... ¿como me ducho yo? Quién me haya hecho lo que me está pasando va a sufrir mucho, muchiísimo lo tendré en cuenta, las cosas no se van a quedar así.-dije con furia.
-Pues o te ducha él o te ducho yo como cuando eras chica.-dijo riéndose, guiñándome un ojo y mirando a Óscar.
-O a lomejor me ducho yo solita, no se como pero ni tú ni él me vais a duchar, que lo sepais.-dije mirándoles con cara de mala leche.
-Oye baja esos humos, que no te hemos echo nada.-dijo Óscar dándome un pequeño beso.
Vino el médico y dijo que  alfinal me darían el alta después que ya que estaba bien y que lo único que tenía era roto la pierna y el brazo, que para un accidente podía ser más grave, que me vistiera que me qutarían ahora el suero y me pondrían en la silla.
-Mamá ve a la casa y traeme unos short anchitos para poder meter la pierna... que con los que tenía puestos lo dudo que pueda.-le dije mirándola.
-Vale, Mario¿te vienes, o te quedas con tu hermana?.-dijo mirándolo.
-Me quedo, que quiero hablar con ella.-dijo sentándose en una silla que había a mi lado.
-No tardo en media ora como mucho estoy aquí.-dijo y se fue.
-Luna, ¿que has sentido? cuando estabas dormida.-me preguntó con curiosidad.
-Pues tenía miedo, os escuchaba y todo, pero tenía miedo, mucho , no sabía si iva a volver a vivir a soportarte atí, a veros, a tocaros, a acariciaros...-dije explicándole, se lo conté todo lo que me había pasado se quedó alucinando.
-No quiero que me pase nunca nada así... resulta deprimente, menos mal que sigues viva, no se que haría sin tí.-me dijo abrazándome.
-Ni yo sin tí... por esas veces en las que nos peleamos y todo.. aún quedan ese amor entre hermanos.-reímos los dos.
Llegó mi madre, me ayudó a vestirme, todos salieron del cuarto, me trajo unos short que no solía usar ya que me gustan poco, pero se quedan muy monos puestos. Eran azules oscuros y puntos pequeños negros por la parte de abajo. La camiseta, me trajo una que era blanca con rayas azules oscuras. y zapatos me trajo solo uno ya que en el pie al tenerlo escayolado no me podía poner nada.
-Mira, os dejamos la silla de ruedas, confiamos en ustedes para que después nos la devuelvan.-me dijo el médico que me había atendido antes.
-Claro después cuando esté ya bien que pueda andar sin ella os la devolvemos, muchas gracias por todo hasta luego.-le dijo mi madre sonriendo.
-Nada gracias a vosotras, hasta luego.-dijo abriendo la puerta de la habitación para poder salir.
Llegamos a casa allí estaba, mi padre esperando a que llegásemos, estaba sentado en el sofá con la mano en la barbilla.
-Luna, hija ¿como te encuentras?.-dijo abrazándome.
-Estoy bien papá de aquí a tres semanas estaré de nuevo tan feliz como siempre.-le dije sonriéndole.
-Mamá dile a Òscar y quien estaba con él que vengan.-le dije mirándole.

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