jueves, 21 de febrero de 2013

Capítulo 29 Cine y playa :D

Yo me elegí un helado de nata con trocitos de oreo y por encima pepitas de chocolate.
El cogió un helado de kinder.
Nos sentamos en una mesa que había en el centro de la heladería. Solté las muletas en el suelo tumbadas y nos pusimos a comernos el helado y a hablar.
-¿Quieres?-le ofrecí una cucharadita.
Asintió, abrió la boca y se acercó. Sonreí.
Estaba mirando para un lado porque había llegado gente. Cogí mi cuchara y le quité un poco.
-¡Oye!-dijo-no me quites mi helado...
Reí.-No te distraigas y no te quitaré helado.
-Claro y me culpas ami por distraerme...
Sonreí.
-Yo no te culpo. Y lo sabes. Además me hacía ilusión.
-Chica lista, venga anda, vamos a acabar el helado, después vamos al cine.
Me quedaba bastante helado ya que yo era un poco tardona para comerme los helados. A él le quedaba poco.
Cuando acabó me quitó la cámara de fotos y la encendió.
-¿Qué haces?
-Mirar tus fotos, aun que tienes pocas de aquí mas que nada de cuando el cumpleaños de tu hermano, de cuando saliste conmigo y la famosa foto del beso y cuando fuiste a mi piscina y estaba Selenia.
-Ya, pero que hago si no salgo de aquí cuando valla a empezar el curso y conozca a gente y salga  mas ya habrá mas fotos.
Estaba acabándome el helado pero saltó el flash.
-¡Oye! No me saques fotos.
-¿Por qué? Ya no tienes la mano escayolada no se verá.
-Ese no es el problema pero no quiero fotos...
Puso cara de pena.
-No me mires así...
Cogí las muletas, me levanté como pude y caminé hasta el mostrador para pagar.
-Son 3,5€.
Le entregué un billete de cinco euros y vino con la vuelta.
-Gracias adiós.
-Adiós.-sonreí.
Salimos de la heladería y cogimos el autobús para poder ir al cine, estaba lejos para ir andando.
Subí como pude y nos sentamos en el asiento libre que había mas cerca.
Llegamos a la parada que había mas cerca del cine. Y nos dirigimos a la puerta del autobús, nos despedimos del conductor y salimos.
-Dios de verdad que ganas que me quiten esto ya.-dije señalando a la escayola del pie.
-Queda menos para que te la quiten.-me rodeó la cintura y me dio un beso en la frente le miré y sonreí.
Entramos al cine y subimos por las escaleras mecánicas. Fuimos al mostrador para pedir las entradas de la película. TED. ¿Qué mejor que una película de risa?
-Dos entradas para TED, por favor.-dijo amablemente.
-Claro, enseguida.-dicho esto al poco rato imprimió las entradas, pagamos y fuimos a comprar las palomitas y las bebidas.
Nos dirigimos a la sala y nos sentamos, mientras esperábamos a que empezara estuvimos hablando un poco de todo. No se como ni porque llegamos a hablar hasta de nuestros ex.
Por lo que se ve, era un chico bastante ligón, había tenido mas de diez novias en este año y estamos en septiembre quedaba ya poco para empezar el instituto último año de curso.
Cuando empezó la película no hablamos apenas, pero teníamos dos chicas detrás y no paraban de hablar, me estaba hartando, miré hacia atrás y les eché una mala mirada.
Tras esto se callaron. Una que otra risa nos salió.
Acabó la película y salimos.
-Dios, que guarrada de película. Pero está chula.-dije sonriendo.
-Si, ¿qué hacemos ahora?
-Yo opto por ir ya a casa, son las 7 de la tarde, me extraña que mi madre no me haya llamado por no haber ido a comer.
-Vale, vamos.
Nos dirigimos a la parada del autobús ya que a las y media pasaba por allí uno.
-Me aburro, voy a jugar.- le miré y estaba sonriendo.-¿Qué pasa?
-Nada, que vas a jugar, y me ha hecho gracia.
Inflé los mofletes.
Rió, me dio un pequeño beso y le sonreí. Saqué el móvil y puse un juego de un gnomo, parecido al de mario bross pero era un gnomo. Trataba de saltar, coger monedas y vidas y llegar al último mundo.
-Que vicio tienes al juego.
Le eché una mala mirada y negué con la cabeza.
-No me mires así, es la verdad.
-Si la verdad... la única verdad es que te quiero.- cuando se lo dije le miré.
Estaba sonriendo, esa sonrisa matadora que es irresistible.
-¿Sí? ¿Me quieres?
-Si, más de lo que tu crees.
En ese momento llegó el autobús.
Subimos, pagamos y nos sentamos en dos asientos que había libres en mitad del autobús.
Se paró en dos zonas más y al fin llegamos a la que estaba mas cerca de nuestras casas.
Nos  despedimos y salimos.
-¿Qué hacemos ahora? ¡me aburro!-refunfuñé como una niña pequeña.
-Vamos a tu casa y le dices a tu madre que estás aquí y tal y si eso vamos a la playa.-sonrió.
-Venga vale. Hay que ir para arriba, ¿no?
-Si venga camina un, dos, un, dos.
-Ya voy.-dije alargando la “o”
Llegamos a la puerta de casa saqué las llaves y entré.
-¡Mamá! Ya estoy aquí-grité desde la entrada.
-Vale hija, pero no grites que estoy aquí al lado.
-Perdón no lo sabía.
-¿Qué te dijeron?
-Nada, que en dos semanas valla para que me la quiten.
-Vale, ¿qué haréis ahora?
-Pues teníamos pensado ir a la playa para dar una vuelta.
-Venga, vale, ¿vienes a cenar?
Miré a Óscar y me encogió los hombros como señal de que no lo sabía.
-Bueno, pero no lleguéis muy tarde, y si vais a venir tarde llámame.
-Vale mamá.
Fui a la cocina, cogí una botella pequeña de agua, la metí en el bolso junto al móvil, las llaves y por si acaso pañuelos y tiritas.
-Óscar, ven.
Vino y le di el bolso.
-Ale para ti, que a mi se me cae.-sonreí.
-Ja-ja muy graciosa.
Caminé como pude con las muletas, no estaba acostumbrada tendría que adaptarme a ellas.
Salimos y cerró la puerta.
-Venga, vamos a la playa.
-Vamos.
Caminamos un poco  y nos sentamos en un banco que había cerca del paseo marítimo.
Veíamos las últimas gaviotas volando por encima del mar y algunas correteando por la orilla de la playa.
-Es todo tan bonito...
-Pues si, cualquiera lo diría.
-Vamos a la playa a dar un paseo.
-Yo estoy chunga como para ir con las muletas por la orilla, ¿sabes?
Hizo un gesto pensativo.
-¡Ya sé!
-Venga dime.
-Sube.-se dio la vuelta dándome la espalda.
-¿Quieres que me suba?
-Sí.
-Estás mal,¿no? yo no me subo que nos comemos el suelo.
-¿Subestimas mi fuerza?
-No yo no pero no quiero que me tires...
-¡Claro! y a mi, que me den, graciosa..
-Vale ya voy pero no voy a poder con la pierna así.
-Venga, salta y sube.
Me impulsé como pude y me subí en su espalda.
-¡Bien! pude, muijijijijiji llegaré lejos, venga camina.-cogí las muletas con una mano.
-Si cariño mio.
Me agarré a su cuello con el brazo libre y sonreí.
-¿Qué vamos a hacer ahora?
-Pues no se, ¿quieres que regresemos? es un poco tarde y esta empezando a hacer frío.
-Vale, llévame allí, a la acera para no tener que andar con las muletas por la arena...
-Vale.
Llegamos, y me bajó. Le di un pequeño beso y comencé a caminar hacia casa.
-Vamos a tardar una eternidad en llegar...
-No te voy a  coger otra vez, camina, venga un, dos, un dos.
-Jo, vale...
Fuimos caminando, un poco lenta que iba pero bueno, en dos semanas podría hacer carreras de nuevo con él.
Se me escapó una pequeña sonrisa.
-¡Venga! no te pares.
-Voy, pesado.
Al fin llegamos, menos mal me iba a dar algo por ahí en mitad de la calle. Saqué las llaves del bolsillo y abrí la puerta.
-¿Pasas?
-No Luna, me voy a mi casa, mi madre se preguntará que donde estoy y no la he avisado de nada.
-Vale, ¿hablamos luego? o vienes si quieres.
-Vale, no se ya veré si vengo te aviso por whatsApp.
-Vale, buenas noches.- le di un dulce beso, me sonrió, y se fue.
Saqué las llaves, abrí y entré. Estaban las luces apagadas, no sabía si había pasado algo, no tenía ninguna llamada, ni ningún mensaje, me preocupé, llamé a mi madre, se había dejado el móvil en casa. Me estaba entrando pánico, salí tal y como entré, me llegué a casa de Óscar, se lo dije y me dijo que en su casa tampoco había nadie, que no sabía que hacer. Al decirme esto, le dije si podía dormir allí, no me sentía segura.

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