Estuve así dos días sin salir de mi habitación, ni comer ni
nada pero al final me digné a salir de mi cuarto y llamar a mi madre para que
me ayudase a ducharme ya que no podía sola, Selenia se fue porque se iban de
vacaciones a una ciudad donde viven sus tíos porque llevaban ya sin verles como
dos años. Hasta que no volviera dudaba volver a verla.
De vez en cuando miraba el móvil y cuando miré por última
vez vi 12 llamadas perdidas y 2 mensajes, eran de Óscar, después de lo que me
ha hecho como se digna a mandarme mensajes y llamarme... ¿cómo? No me lo creía
pero que le iba ha hacer aún le quiero…
Llamé a mi madre:
-¡¡¡Mamá!!!-grité desde lo alto de las escaleras.
-Dime hija.- me contestó asomándose desde abajo.
-¿Puedes subir y ayudarme a ducharme por favor?- le dije mirándola.
-Si ahora subo, ve preparando la ropa y tal ¿vale?-me dijo
sonriendo.
-¡Vale! En mi cuarto te espero.-me fui hacia mi cuarto y saqué
del cajón de los pijamas otro pijama porque pasaba de salir a la calle.
Pasaron diez minutos y mi madre apareció con su brillante
sonrisa, siempre tan feliz pocas veces había estado triste, nada más que con
las cosas serias que habían pasado.
Me ayudó y mientras estuvimos hablando, le dije ya cuando
acabamos que me hiciera de comer que tenía muchísima hambre, que estar dos días
sin comer no era bueno.
Bajamos y me hizo de comer, me senté en el sofá y encendí la televisión puse una película que
estaban echando en antena 3. Odio este canal siempre tiene millones de anuncios
y te puede dar tiempo hasta irte a comprar, volver y aún no ha empezado, pero
bueno algunas películas merecían la pena. Al menos a mí me gustaban.
Tocaron al timbre, mi madre fue y abrió.
-Hola Sara, ¿está Luna? Necesito hablar con ella por favor.-dijo
una voz que me resultaba muy familiar, parecía la de Óscar pero no lo sabía
seguro.
-Si está, pero no se si deberías hablar con ella acaba de
salir de su cuarto hace un rato desde que paso lo que paso…-dijo bajando un
poco el tono de voz.
-Ya lo se, pero ahora me siento vacío desde aquel día no he
salido de mi casa hasta ahora, la he fastidiado no se lo tenía que haber dicho
por favor déjame hablar con ella.-dijo con tono triste.
Dejé el plato encima de la mesa que había delante del sofá,
me levanté y fui hacia la puerta caminando como pude.
-Mamá deja, ya hablo yo con él.-le dije apoyándome en su
hombro para no caerme.
-¿Segura?-me dijo mirándome a los ojos.
-Si mamá, tranquila, que no va a pasar nada.-cojeé un poco y
me apoyé en el hombro de Óscar.
-Vale, ¿os quedáis aquí en la puerta?-dijo mirándonos.
-Si nos quedamos aquí, no nos iremos más lejos como mucho a
su casa.-le dije mirándola.
-Vale, gastad cuidado. Y tu, cuida a mi hija como le pase
algo, lo que le a pasado a ella te va a pasar a ti.- dijo mirando a Óscar con
voz amenazante.
-Vale tranquila que no le pasará nada.-dijo amarrándome por
la cintura.
Salimos y cerró la puerta cuidadosamente.
Me solté de el y me puse frente suya.
-Que quieres, ¿no me has hecho ya bastante daño?-le dije
cruzando el brazo.
-Pues quiero decirte que
lo siento de verdad, me arrepiento de lo que te dije a lo
mejor no me perdonas, o no vuelves a salir conmigo… pero de verdad lo siento
mucho… lo hice sin pensar y no se si podrás perdonarme.-dijo mirándome a los
ojos.
Mostraban tal sinceridad… ¿como iba a poder decirles que no
les perdonaría?
-Bueno, mira que vale, que ya está que lo hecho, hecho está,
que no se puede volver atrás.-le dije desviando mi mirada de la suya.
-Entonces… eso que es ¿me perdonas?- puso esa carita que
tanto me gustaba.
-No lo sé después de lo que me has hecho no lo sé.-le dije
con tono de preocupación.
-Luna de verdad, que lo siento que me he arrepentido de lo
que te he hecho
, que a mí también me
ha dolido, cuando llegué a mi casa pensé lo que hice y me arrepentí mucho… y
después vino Selenia y me echó la bronca por lo que hice, y ya he pensado y he
querido venir a decírtelo.-dijo intentando mirarme a los ojos.
No lo soporté más y me lancé le dí un beso y sonreí mientras
me abrazó y me miró.