jueves, 21 de febrero de 2013

Capítulo 29 Cine y playa :D

Yo me elegí un helado de nata con trocitos de oreo y por encima pepitas de chocolate.
El cogió un helado de kinder.
Nos sentamos en una mesa que había en el centro de la heladería. Solté las muletas en el suelo tumbadas y nos pusimos a comernos el helado y a hablar.
-¿Quieres?-le ofrecí una cucharadita.
Asintió, abrió la boca y se acercó. Sonreí.
Estaba mirando para un lado porque había llegado gente. Cogí mi cuchara y le quité un poco.
-¡Oye!-dijo-no me quites mi helado...
Reí.-No te distraigas y no te quitaré helado.
-Claro y me culpas ami por distraerme...
Sonreí.
-Yo no te culpo. Y lo sabes. Además me hacía ilusión.
-Chica lista, venga anda, vamos a acabar el helado, después vamos al cine.
Me quedaba bastante helado ya que yo era un poco tardona para comerme los helados. A él le quedaba poco.
Cuando acabó me quitó la cámara de fotos y la encendió.
-¿Qué haces?
-Mirar tus fotos, aun que tienes pocas de aquí mas que nada de cuando el cumpleaños de tu hermano, de cuando saliste conmigo y la famosa foto del beso y cuando fuiste a mi piscina y estaba Selenia.
-Ya, pero que hago si no salgo de aquí cuando valla a empezar el curso y conozca a gente y salga  mas ya habrá mas fotos.
Estaba acabándome el helado pero saltó el flash.
-¡Oye! No me saques fotos.
-¿Por qué? Ya no tienes la mano escayolada no se verá.
-Ese no es el problema pero no quiero fotos...
Puso cara de pena.
-No me mires así...
Cogí las muletas, me levanté como pude y caminé hasta el mostrador para pagar.
-Son 3,5€.
Le entregué un billete de cinco euros y vino con la vuelta.
-Gracias adiós.
-Adiós.-sonreí.
Salimos de la heladería y cogimos el autobús para poder ir al cine, estaba lejos para ir andando.
Subí como pude y nos sentamos en el asiento libre que había mas cerca.
Llegamos a la parada que había mas cerca del cine. Y nos dirigimos a la puerta del autobús, nos despedimos del conductor y salimos.
-Dios de verdad que ganas que me quiten esto ya.-dije señalando a la escayola del pie.
-Queda menos para que te la quiten.-me rodeó la cintura y me dio un beso en la frente le miré y sonreí.
Entramos al cine y subimos por las escaleras mecánicas. Fuimos al mostrador para pedir las entradas de la película. TED. ¿Qué mejor que una película de risa?
-Dos entradas para TED, por favor.-dijo amablemente.
-Claro, enseguida.-dicho esto al poco rato imprimió las entradas, pagamos y fuimos a comprar las palomitas y las bebidas.
Nos dirigimos a la sala y nos sentamos, mientras esperábamos a que empezara estuvimos hablando un poco de todo. No se como ni porque llegamos a hablar hasta de nuestros ex.
Por lo que se ve, era un chico bastante ligón, había tenido mas de diez novias en este año y estamos en septiembre quedaba ya poco para empezar el instituto último año de curso.
Cuando empezó la película no hablamos apenas, pero teníamos dos chicas detrás y no paraban de hablar, me estaba hartando, miré hacia atrás y les eché una mala mirada.
Tras esto se callaron. Una que otra risa nos salió.
Acabó la película y salimos.
-Dios, que guarrada de película. Pero está chula.-dije sonriendo.
-Si, ¿qué hacemos ahora?
-Yo opto por ir ya a casa, son las 7 de la tarde, me extraña que mi madre no me haya llamado por no haber ido a comer.
-Vale, vamos.
Nos dirigimos a la parada del autobús ya que a las y media pasaba por allí uno.
-Me aburro, voy a jugar.- le miré y estaba sonriendo.-¿Qué pasa?
-Nada, que vas a jugar, y me ha hecho gracia.
Inflé los mofletes.
Rió, me dio un pequeño beso y le sonreí. Saqué el móvil y puse un juego de un gnomo, parecido al de mario bross pero era un gnomo. Trataba de saltar, coger monedas y vidas y llegar al último mundo.
-Que vicio tienes al juego.
Le eché una mala mirada y negué con la cabeza.
-No me mires así, es la verdad.
-Si la verdad... la única verdad es que te quiero.- cuando se lo dije le miré.
Estaba sonriendo, esa sonrisa matadora que es irresistible.
-¿Sí? ¿Me quieres?
-Si, más de lo que tu crees.
En ese momento llegó el autobús.
Subimos, pagamos y nos sentamos en dos asientos que había libres en mitad del autobús.
Se paró en dos zonas más y al fin llegamos a la que estaba mas cerca de nuestras casas.
Nos  despedimos y salimos.
-¿Qué hacemos ahora? ¡me aburro!-refunfuñé como una niña pequeña.
-Vamos a tu casa y le dices a tu madre que estás aquí y tal y si eso vamos a la playa.-sonrió.
-Venga vale. Hay que ir para arriba, ¿no?
-Si venga camina un, dos, un, dos.
-Ya voy.-dije alargando la “o”
Llegamos a la puerta de casa saqué las llaves y entré.
-¡Mamá! Ya estoy aquí-grité desde la entrada.
-Vale hija, pero no grites que estoy aquí al lado.
-Perdón no lo sabía.
-¿Qué te dijeron?
-Nada, que en dos semanas valla para que me la quiten.
-Vale, ¿qué haréis ahora?
-Pues teníamos pensado ir a la playa para dar una vuelta.
-Venga, vale, ¿vienes a cenar?
Miré a Óscar y me encogió los hombros como señal de que no lo sabía.
-Bueno, pero no lleguéis muy tarde, y si vais a venir tarde llámame.
-Vale mamá.
Fui a la cocina, cogí una botella pequeña de agua, la metí en el bolso junto al móvil, las llaves y por si acaso pañuelos y tiritas.
-Óscar, ven.
Vino y le di el bolso.
-Ale para ti, que a mi se me cae.-sonreí.
-Ja-ja muy graciosa.
Caminé como pude con las muletas, no estaba acostumbrada tendría que adaptarme a ellas.
Salimos y cerró la puerta.
-Venga, vamos a la playa.
-Vamos.
Caminamos un poco  y nos sentamos en un banco que había cerca del paseo marítimo.
Veíamos las últimas gaviotas volando por encima del mar y algunas correteando por la orilla de la playa.
-Es todo tan bonito...
-Pues si, cualquiera lo diría.
-Vamos a la playa a dar un paseo.
-Yo estoy chunga como para ir con las muletas por la orilla, ¿sabes?
Hizo un gesto pensativo.
-¡Ya sé!
-Venga dime.
-Sube.-se dio la vuelta dándome la espalda.
-¿Quieres que me suba?
-Sí.
-Estás mal,¿no? yo no me subo que nos comemos el suelo.
-¿Subestimas mi fuerza?
-No yo no pero no quiero que me tires...
-¡Claro! y a mi, que me den, graciosa..
-Vale ya voy pero no voy a poder con la pierna así.
-Venga, salta y sube.
Me impulsé como pude y me subí en su espalda.
-¡Bien! pude, muijijijijiji llegaré lejos, venga camina.-cogí las muletas con una mano.
-Si cariño mio.
Me agarré a su cuello con el brazo libre y sonreí.
-¿Qué vamos a hacer ahora?
-Pues no se, ¿quieres que regresemos? es un poco tarde y esta empezando a hacer frío.
-Vale, llévame allí, a la acera para no tener que andar con las muletas por la arena...
-Vale.
Llegamos, y me bajó. Le di un pequeño beso y comencé a caminar hacia casa.
-Vamos a tardar una eternidad en llegar...
-No te voy a  coger otra vez, camina, venga un, dos, un dos.
-Jo, vale...
Fuimos caminando, un poco lenta que iba pero bueno, en dos semanas podría hacer carreras de nuevo con él.
Se me escapó una pequeña sonrisa.
-¡Venga! no te pares.
-Voy, pesado.
Al fin llegamos, menos mal me iba a dar algo por ahí en mitad de la calle. Saqué las llaves del bolsillo y abrí la puerta.
-¿Pasas?
-No Luna, me voy a mi casa, mi madre se preguntará que donde estoy y no la he avisado de nada.
-Vale, ¿hablamos luego? o vienes si quieres.
-Vale, no se ya veré si vengo te aviso por whatsApp.
-Vale, buenas noches.- le di un dulce beso, me sonrió, y se fue.
Saqué las llaves, abrí y entré. Estaban las luces apagadas, no sabía si había pasado algo, no tenía ninguna llamada, ni ningún mensaje, me preocupé, llamé a mi madre, se había dejado el móvil en casa. Me estaba entrando pánico, salí tal y como entré, me llegué a casa de Óscar, se lo dije y me dijo que en su casa tampoco había nadie, que no sabía que hacer. Al decirme esto, le dije si podía dormir allí, no me sentía segura.

sábado, 18 de agosto de 2012

Capítulo 28 ¿Hacemos las paces?

De repente alguien  tocó la puerta mi madre fue a abrir y...
-Hola, ¿está Luna?-dijo una voz masculina.
-Hola,si, si está. Luna, ven es para ti.
Óscar me ayudó a dirigirme a la puerta. Cuando lo vi, me quedé en estado de shock.¿Qué hacia en la puerta de mi casa? ¿A tanto llegaba para asustarme?¿No tenía suficiente con lo que había hecho ya? Millones de preguntas pasaron por mi cabeza.
-Bueno os dejo solos.-dijo mi madre.
Salí del estado de shock y hablé:
-Que quieres, que haces en mi casa y porque coño apareces con tono amistoso.
-Oye, para el carro chiquilla, tu y tu genio quedaros ahí quietos. Venía a hablar contigo.
-Venga, habla.
-A solas, si él.
-Yo de aquí no me voy.-se metió en la conversación.
-Vete a casa y cámbiate, yo hablo con él, si pasa algo ahí esta mi madre tranquilo.
-Vale, pero tu, como le hagas algo a mi novia, Tom  te las verás, y esta vez no estarán tus amigos para defenderte.
Me acerqué a él le di un beso y se fue.
-Que quieres.-le dije en tono borde.
-Nada, venía visitarte.-dijo con las manos en los bolsillos.
-Pues ya me has visto ahora largo, por tu culpa estoy así y te digo que no, e, que así yo no me quedo.
-¿Como sabes que fue, por mi culpa?
-Porque no existe persona mas rastrera e idiota para decirle a alguien que atropelle a alguien. Y después se acerque y se ría.
Soltó una carcajada.
-Eres una inocente, ¿no te acuerdas que te dije no salgas sola fuera de casa?
-Si, me acuerdo, pero tenlo en mente. No hago caso a los idiotas como tú.
-Bueno pues nada, si soy un idiota dejaré de molestarte.
-Vale, gracias, aun que lo dudo que dejes de hacerlo.
-No si enserio, que voy a dejar de molestarte, ya veo que no serás como Tamara, no caerás.
-Claro que no, yo se a quien quiero y lo que quiero,no soy como ella.
-Bueno, pero al menos,¿hacemos las paces?
-Mírame, ¿tú crees que las haría después de esto?
-No se puede...
-Pues puede que creas mal... mírame, mira lo que me has hecho, mira como me has dejado, mira lo que has logrado porque pasara de ti en la playa porque me hablaste como un chulo de mierda. Mírame bien, ¿te arrepientes?
-Si.-tras decir esto agachó la mirada.
-Pues haces bien, ahora no puedes volver atrás y yo no se si te perdonaré... Todo a su tiempo.
-Vale, pues nada, era para decirte eso... me voy que e quedado con unos amigos.
-Vale, adiós.
Tras decir esto Tom se fue. Me dirigí cojeando al salón y llamé a mi madre:
-Mamá, ¿me ayudas a subir las escaleras por favor?
-Si, claro, ya voy.-dejo de fregar los platos porque eran pocos para no poner el lavavajillas y me ayudó a subir.
-Tengo que ducharme ...
-Vale, prepara la ropa anda.
-Gracias.
Cogí la ropa interior, unos short desgastados vaqueros, unas convers all star fuccias y una camiseta de manga caida blanca lisa.
-Ya está mamá ven, vamos que no se a que hora vendrá Óscar.
-Voy.
Nos pusimos a hablar y me dijo que si me la quitaban la escayola que dejara allí la silla de ruedas y si podían que me prestaran unas muletas. Porque comprarlas para tenerlas guardadas decía que no las compraba.
Salí de la ducha y mi madre se fue del baño, me vestí y salí al poco rato de ella.
Caminé hasta mi cuarto como pude y cogí el peine que estaba encima del tocador.
Al acabar de peinarme sonó el timbre.
-Lista a tiempo.-pensé.
Mi madre subió y me avisó de que estaba Óscar ya abajo.
Me ayudó a bajar y estaba tan guapo como siempre... y con una sonrisa perfecta. Trajo la silla y me senté.
-Hasta luego mamá.
-Adiós, y gastad cuidado.-sonreí y ella me la correspondió.
Cerramos y salimos.
-¿Qué quería Tom?
-Que... hiciera las paces con él.
-Y¿qué vas a hacer?
-No lo se le e dicho que me lo pensaría y ya le diría. Le e dicho que piense lo que me a hecho, todo esto del accidente.
-Bien que has hecho, es imposible que ahora venga con esas.
-Pero parecía dolido. Pero si tu te llevas mal con él yo igual. No puedo llevarme bien con alguien que te a hecho daño.
Sonrió,seguimos nuestro camino y al fin llegamos al hospital preguntamos por el doctor que me atendió cuando estuve ingresada.
-Hola, ¿el doctor Javier Gómez?
-Si, está en la planta de arriba en la habitación 295.
-Gracias.
Usamos el ascensor como es normal para subir.
Buscamos la habitación y entramos.
-Hola.-diciendo esto estaba aporreando la puerta.
-Hola, adelante.-dijo con una sonrisa en la cara.
-Venía a ver si me pueden quitar la escayola ya. Me dijeron una semana... y aquí estoy. Es que no puedo hacer nada con la mano escayolada.
-Pues haber.
Cogió unas tijeras para cortar la escayola. Le costó un poco pero la pudo quitar. La sacó y tenía el brazo arrugado, y blanco.
-Gracias.-suspiré.
-Mueve la mano un poco, y si te duele, debes de saber que aun no está curado,pero también puede ser por no haber movido nada los dedos, tienes la mano hinchada, pero ya no te la escayolamos mas, no parece seguir rota.
-Vale.-sonreí y me levanté de la silla de ruedas.-Es suya, ahora me puede dejar muletas.-dije con una sonrisa pícara.
Rió.-Si, claro, pero igual que la silla traedlas cuando ya te quitemos la del pie.
-Claro.
Me las dio y salí de la habitación junto con Óscar.
-Que alegría.¿Vamos a la heladería?
-Vamos.
Salimos del hospital y nos dirigimos a la heladería estaba tres calles mas lejos del hospital.
Había escaleras para subir pocas, pero había.
Entramos y pedimos yo pedí un...

martes, 31 de julio de 2012

Capítulo 27 Promesa.

Se veía una sombra de estatura medía, aun que como había poca luz no se veía apenas, abrió la puerta de par en par y una voz soñolienta dijo:
-Porque hacéis tanto ruido, ¿podéis bajar el tono de voz?
-Dios, que susto, vale, lo bajaremos, lo sentimos.-dije aliviada.
-Gracias.-salió y cerró la puerta.
-Vale, no podemos reírnos a las...-miró el reloj.-seis y cuarto de la mañana.
-Ya... lo hemos descubierto tarde.-dije chistosa.-Bueno, que hacemos, tengo sueño, pero mi cuerpo no se va a dormir ya.
-Que cuerpo mas raro tienes.
-Y yo que hago, ¿tu vas a dormir?
-Supongo, tengo sueño y mi cuerpo si se dormirá.
-Vale, pero antes....
Miré hacia abajo (no mal penséis) levanté mi brazo y lo puse hacia arriba, abrí la mano. Él, me entendió, no se si vosotros también, exactamente, me dio la mano.
-Venga, ahora prométeme.
-Que te tengo que prometer mi vida.
-Prométeme, que siempre estaremos juntos, pase lo que pase, que nos querremos como el primer día en el que empezamos a salir, que no me dejarás ni me engañarás, estaremos siempre juntos, ¿prometido?
-Pides mucho e, pero sí, prometido. Hoy 30 de Julio de 2012 se sella esto, después escribimos un libro.
-Dios, dentro de 10 días hacemos 1 mes.¿Te lo puedes creer?
-Ya ves, como pasa el tiempo. Te se olvidó prometer algo.
-¿El qué?
-Prometer que no nos pelearemos mas veces, que no seremos celosos uno del otro y... creo que ya.

-Vale, prometido.-sonreí.
-¿Qué vamos a hacer ahora?-dijo cerrando los ojos.
-No se, ¿que quieres hacer?
-Dormir abrazado a ti,
Sonreí, se me escapó una carcajada.
-¿Qué pasa?
-Que has dormido toda la noche abrazado amí.
-Ahh, que es por eso, bueno, eso da igual por un ratito más...
-Anda hijo, que tienes tus cosas, vamos a bajar a desayunar que tengo hambre.
-¿Y si está tu madre?¿Me dirá algo por haber dormido aquí?
-No, no creo, no hemos hecho nada,  a no ser que te odie por lo que me hiciste.
-Gracias por tu apoyo mi vida.
-Jajaja, tonto, que sabes que no te va a pasar nada, que a mi madre estas cosas se le olvidan pronto.-Sonreí y le besé.-Venga ahora vamos a bajo, ayúdame.
Me ayudó a levantarme y me dejó que me sujetara de tu cintura  el hizo lo mismo conmigo para que no me callera. Fuimos hablando de camino a las escaleras. Llegamos a bajo y fuimos a la cocina, me senté en una silla y le miré.
-Venga guapo, hazme de desayunar.
-Claro que sí. También si quieres te llevo en brazos al hospital, ¿Quieres?-dijo en tono irónico.
-Gracias por tu ayuda.- le dije sacándole la lengua.
Me levanté como pude y me dirigí a la nevera. Saqué el cartón de leche y pan bimbo.
-Coge la tostadora, está ahí.-le dije señalándole a un armario que estaba al lado de donde los platos.
La sacó y me la dio. La enchufé y metí dos revanadas del pan bimbo.
Fuí un poco hacia al lado y saqué un vaso.
-¿Tú quieres?
-Si por favor.
-Que bien está que te lo hagan todo cielo.
Sonrió.
-Tonto.
-Lo sé, pero aun así te quiero.-me cogió de la cintura y me dio un beso en la mejilla.
-Eres mi chico preferido, ¿lo sabias?
-Algo había oido por ahí.
Saltaron las tostadas, las saqué y las puse en dos platos pequeños.
-¿Quieres la leche con colacao o sin colacao?
-Con colacao, pero fría.
-Vale, échale el que quieras al tuyo.
Cogió una cucharilla que tenía el colacao dentro y le echó unas dos cucharas.
-¿Qué quieres para la tostada?
-Mermelada.
La saqué de la nevera junto a una bandejita que tenía jamón. Que rico estaba el jamón con una tostada con aceite, se me hace la boca agua.
Cogí la botellita de cristal de aceite y le eché a la tostada.
Puse la bandejita de jamón en la mesa y me eché colacao en mi vaso de leche. No le eché mucho, no era mi fuerte el colacao una cucharadita y no entera y me vastaba.
-Cuidado, no cojas jamón.-le miré de reojo.-Es mio, quita la mano de la bandejita.
-Vale, vale pero no me pegues.
-Eso, eso.-me senté en la silla y saque una tira de jamón y la coloqué en el pan.-¡Ai que rico!-si, exactamente, se me escapó.
-Te gusta el jamón eh.-dijo riéndose y en tono chistoso.
-Sí, me gusta ¿Te molesta?
-No, no tranquila no me molesta.
Miré el reloj que había colgado al lado de la nevera. Eran las 7 y media ya. Que rapido pasa el tiempo madre mía...
Desayunamos callados,  la verdad no digimos nada,¿ lo que se dice nada?, pues eso.
Acabamos de desayunar, quitamos las cosas del medio, las guardamos, pusimos los platos y los vasos en el fregadero y  de repente mi madre entró por la puerta.
-Dios, mamá que susto.
-Buenos días.
-Buenos días.-dijo en tono cariñoso.
-¿Qué haces tu aqui a estas horas? ¿No tendrías que estar en tu casa?-dijo mi madre mirando a Óscar.
Nos quedamos en un aprieto, ¿qué le deciamos ahora?
-Pues... mmm... e dormido aquí.
-¿Dónde?
-Con ella.
-¿Habéis dormido juntos?
-Si, mamá, pero no hemos hecho nada, se quedó para hacerme compañia no había nadie y le llamé y vino, no le culpes a él, la culpa la tuve yo.

-Yo no creo que hayais hecho nada, pero me extraña que esté aquí.
Dios, que susto... creí que la iba a tomar conmigo o con él.
-Fue por eso... porque ya me da miedo quedarme sola en casa de noche por lo del accidente y todo... y no se como vosotros estavais en la piscina, y papá estaba con los de la empresa le llamé pero nos quedamos dormidos.
-Vale, pues nada. Podiais haberme hecho amí también el desayuno.-dijo en tono chistoso.
Sacó las cosas  para desayunar ella. Nosotros nos fuimos al salón.
-Luna, me voy a casa a cambiarme, ¿vale? a las 10 o así vengo para ir al hospital y que te quiten la escayola.
-Vale, gracias por haberte quedado de verdad...
-No las des, además  no creo que mi madre me diga algo, ya está acostumbrada a que no duerma en casa, claro antes de salir contigo dormía poco en mi casa.
-Que harias...
-Lo que te imaginas, ¿qué te vas a esperar de un chico como yo, y con 18 años?
-Pues yo lo interpreto muy muy muy mal.
-Pues bien que haces, porque eso que interpretas es lo que hacia.
-Tu ahí iendo de tía en tía y yo aquí siendo aún virgen.-dije bajando el tono de voz.
-Sabes que cuando quieras, que yo no me negaría, que estas buenísima chica.-dijo y me guiñó el ojo.
-Claro, claro, estoy buenísima, porque tu lo digas, se que tengo mi cuerpo, pero a tanto no llego.
-Lo que tu creas.
De repente alguien tocó a la puerta mi madre fue a abrir y...
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Aquí está el capítulo 27 :D tarde menos en subirlo espero que os guste mucho y que comentéis si podéis o me lo digáis por tuenti o algo :)
Pues nada era deciros eso, 1 beso a todos<3 os amo. :D

jueves, 26 de julio de 2012

Capítulo 26 Noche con él

-Luna, que ya está e llegado un poco tarde, ¿y qué?, ni que me fuese muerto o algo....-dijo con tono gracioso.
-¿Y qué?, te parecerá bonito, hacer lo que me estas haciendo....-dije con tono preocupante.
-No te estoy haciendo nada.- se apoyó en el marco de la puerta y bajó la mirada.
-Mírame, mírame y dime lo que ves, me tenías preocupada, y no sabría que pensar,que ahora mismo en estos instantes.- se lo dije, lo solté pero mis lágrimas empezaron a undir mis ojos.
Levantó la cabeza y me dijo:
-Pero bueno, ¿yo que quieres que haga? estaba con mis amigos no les iba a decir me voy que mi novia me mata si no llego, ni que estuviéramos casados, que tu lo sabes y yo también me preocuparía por ti pero no me enfadaría no sería capaz...
-Ya lo se que no estamos casados, ni falta que hace pero, ¿no ves como estamos?, llevamos casi un mes saliendo y ya nos hemos peleado dos veces cuantas más... cuantas mas habrá ¿por qué no podemos tener una bonita historia, que se la contemos a nuestros hijos y ese royo que desea cualquier chica, para los chicos es más fácil sufrís menos nosotras sufrimos demasiado y creo que vosotros no tanto os lo tomáis bien y todo.- rompí a llorar no podía seguir aguantando.
-Si veo como estamos pero yo quiero poder vivir esa historia bonita junto a ti  nunca e querido a nadie como te quiero a ti nunca e sufrido tanto como estoy sufriendo contigo nunca e derramado una lágrima por alguien y contigo la e derramado, ya no sabía lo que se sentía  al llorar por alguien quiero vivir contigo hasta el final, me da igual la de peleas que tengamos pero quiero vivir contigo, sonará todo lo cursi que tu quieras pensar pero es la verdad....-se puso frente mía, no pude evitarlo, le abracé y no lo solté.
-Te creeré, pero  por favor no me hagas esto más veces... que me duele y lo sabes...-le dije suspiré y seguí-¿prometido?
-Prometido.-sonrió y me besó.
-Te quiero.-le susurré.
Subimos arriba, estaba cansada pero aún así le ofrecí ver una película. Nos tumbamos en la cama y puse en el reproductor Tres metros sobre el cielo.
-Nunca me cansaré de ver esta película.-le dije sonriendo.
-¿Como os gusta esta película tanto a las tías?-dijo resoplando.
-Pues porque es muy bonita, es que los tíos no sois tan románticos como H.-le dije con voz burlona.
-Claro, claro lo que tu digas, es que no conoces ese lado de los tíos cariño.- dijo y me miró.
-Bueno calla y deja que veamos la película, y después me dices si te gusta.
Fue la última palabra, me estaba quedando dormida, me puse de lado y cerré los ojos. Óscar no tardó en suspender el portátil y dormir allí a mi lado, me rodeó con su brazo por la cintura. Estaba dormida, pero si, sonreí, me gustaba estar así con él aun que las peleas duelan pero al fin y al cabo todo se arregló.
Me desperté, me eché el pelo hacia atrás con cuidado para no despertarlo y miré el móvil eran las cinco de la mañana, ahora no tenía sueño, mi cuerpo estaría orgulloso de no querer dormir.
¿Nos habría visto mi madre?  es raro, ya es la segunda vez que se queda a dormir aquí, cogí el móvil y me puse mirando al techo, lo conecté a internet y miré mi tuenti, no tenía mucho pero bueno, tenía
2 invitaciones a eventos.
1 petición de amistad.
1 invitación a páginas.
¿Otra petición de amistad? pero que pesada que es la gente.
Eventos los dos que no, odio los eventos ya son todos muy pesados.
La página era de las frases estas que sueles poner de estado decía: Perdonar y olvidar? ni soi dios ni tengo alzheimer. La acepté tiene razón.
La petición de amistad era de Tom, ¿otra vez? que pesado...
Tenía un mensaje diferente.
Ai Luna Luna Luna, no me ignores que tu&yo sabemos que as visto mi otra peticion y me as ignorado, que no te lo digo 2 veces, vale? tu aceptame y ya ablaremos que tengo una cosa pendiente contigo guapa. ;)
-Óscar, Óscar, despierta por favor despierta.
-Que quieres, es super temprano, ¿que haces despierta a estas horas?
-Mira.-se lo enseñé y lo leyó.
-¿Te la mandó antes?
-Si...
-¿Y que decía?
-Bueno, no era petición era privado... mira, lo guardé por si se borraba o algo, mira.
Se lo puse y lo leyó para si.
“Valla, valla, eres valiente como para salir sola a la calle, ibas muy guapa hace una semana o así, jajaja como te va con tu accidente, vas a volver a rechazarme hija de puta? ya te vale cuidado con lo que haces con tipo de gente como yo, la proxima vez  sal con alguien, que te puede volver a pasar lo que te a pasado ;)”
-Este niño, es un acosador o algo así, ¿no?, mira déjalo pasar, si ocurre algo de nuevo ya pensaremos algo, ahora duerme por favor que yo al menos, tengo sueño.
-Pero serás, a ti no te han atropellado, ami si,  y como que no me a hecho gracia... buenas noches .-me di la vuelta dándole la espalda.
-No te habrás enfadado, ¿no?
-No.-le dije un no muy sólido ¿se a notado tanto que mas o menos si estoy enfadada con él?
-¿Segura?, no lo parece...
-Que no, que no estoy enfadada, ¿quieres dormir o no?
-Yo si pero  no quiero que este enfada conmigo...
Me di la vuelta me incorpore y me senté encima suya con la pierna que tenía mal poniéndola  como pudiese para estar cómoda.
-Yo no estoy enfadada contigo, ¿te queda claro?
-Si, me queda claro.
Me iba a quitar de encima suyo pero me dijo:
-No, quédate, me gusta verte la cara mas que la espalda.
-Pero entenderás que como nos vea mi madre va a pensar mal cariño.-le acaricié la mejilla.
-Que piense lo que quiera, ya eres mayorcita para hacer lo que quieras, ¿no crees?
-Pero sigo viviendo bajo su techo, no pienso dejar que mi madre crea que acabo de perder la virginidad.
Mierda, se me escapó ahora que va a pensar dios...  que vergüenza.
-¿Eres virgen?
-S-si, lo soy tengo 17 años y soy virgen, ¿que pasa algún problema?
-No,  ninguno, pero no creí que fueras virgen.
-Pues ya lo sabes, si que lo soy ...
-No te quedarás mosca conmigo porque sepa que eres virgen,¿no?
-No, pero es que se que tu no lo eres, y ami ahora me da vergüenza, mirarte a la cara.-agaché la cabeza y cerré los ojos.
-Ei, que yo sea o no sea virgen, no te tiene porque dar vergüenza, todos lo hemos sido alguna vez ¿sabes?
-Ya, pero tu ya no lo eres y yo si, ami el corte me da porque además me da miedo de que me duela.-baje el tono de voz en esa última  palabra.
-Depende de como lo hagas, y te lo hagan cuando yo lo hice la primera vez, no le dolió a la chica. Vale no tendría que haberte dicho eso.
-Si, mejor, no tenía que haberme enterado, solo digo que si algún día la pierdo contigo... solo que no quiero que me hagas daño, hay chicos que son unos bestias haciéndolo y no le importa lo que sufra la chica. Y no quiero sufrir yo así.
-Tranquila, que si algún día la pierdes conmigo, no te haré daño, tranquila.-sonrió y me besó.
-Bueno chico, hablamos de esto otro día, ¿vale? ahora vamos a dormir.
-Vale, pero que sea de verdad, no de coña.
Sonreí  y me quité de encima suya.
Se incorporó se sentó en el borde de la cama.
-¿Qué haces?
-Nada, que tengo calor, ¿me puedo quitar la camiseta?
-Ah, vale, claro como en tu casa.
Se la quitó, era tan perfecto, tanto por delante como por detrás. ¿Sería suerte, o cosa del destino que estuviera yo con él? Se que suena cursi pero las cosas como son.
Antes de dormir otra vez, le abracé  y le besé, ¿como ese beso intento la primera vez? ¿os acordáis de él? pues como ese. Sonreí y cerré los ojos.
Eran las seis de la mañana, no me dormí, era imposible, después de que el se enterara de... de eso.
Suspiré.
-No puedo dormir.-le susurré.
-Yo tampoco, ya no me duermo.
-¿Y que hacemos?
-No se.
Me di la vuelta y lo miré, era tan guapo, esos ojos azules, le brillaban mas de lo normal, tenía una bonita sonrisa.
-¿Qué pasa?
-Nada, que el chico macizorro del barrio y mas cariñoso está aquí conmigo, y ahora soy la niña mas feliz del mundo.
-Eres una exagerada, tampoco tanto.
-Chaval,  no me vaciles.-le dije poniendo los labios como el pico de  los patos.
Los dos reímos, demasiado alto. Y como no alguien estaba abriendo la puerta...
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Hola :D
lo siento se que e tardado dos semanas en subirlo.. pero ya está :D espero que os guste mucho, empezaré a escribir el siguiente hoy si puedo :D un beso a todos <3

sábado, 14 de julio de 2012

Capítulo 25 amenaza...

-Luna, lo ignorarás, ¿no?-me dijo preocupado.
-Sí, no quiero tenerle para que me busque algún otro accidente, y paso....-me devolvió el móvil y le di a ignorar.
-Pues mejor, la verdad es que es un gilipollas, la verdad, no existirá otra persona a la que molestar.-me dijo sentándose bien.
-Bueno, el caso es que ya no creo que me haga algo más, antes supongo que le daremos su merecido.-le dije guiñándole el ojo derecho.
-Si anda si, bueno ¿que hacemos? que llevar dos días  sin hacer nada.-dije levantando el todo de voz en nada.-Estando aquí encerrada, dentro de mi cuarto, llorando...
-Me vas a hacer sentirme mal... se que fue por mi culpa pero.-le corté le dí un beso, quería que se callara estaba super mal desde que ocurrió lo que ocurrió.
Me separé de él y se quedó con los ojos cerrados.
-Calla, que dejes de rayarte por eso, que ya pasó que cada vez que me peleé con algún chico, al que ame como tú, volveré a estar llorando en mi cuarto dos o tres días seguidos, ¿vale?-le dije sonriendo.
-Vale, solo porque eres tú, ¿vale?-dijo correspondiéndome a la sonrisa.
-Vale, bueno vamos arriba que tengo que ordenar el cuarto , y así hacemos algo, que tiene que estar... y como estoy no puedo sola.-le dije con sonrisa de niña chica y encogiéndome de hombros.
-Vamos.-dijo ayudándome a levantarme del sofá.
Fuimos caminando hasta el empezar de las escaleras.
-Venga, ahora, ayúdame a subir, que yo no puedo subir sola.-dije cogiéndole de la cintura y dando un saltito para poder subirlas con su ayuda.
-Venga, que no son muchos escalones.-dijo mientras subíamos.
-Claro que no son tantos, como tu no tienes la pierna y el brazo roto pues...-dije quejándome.
-Ya, pero en el fondo piensas que no son tantos.-dijo mirándome y guiñándome el ojo.
Al fin llegamos al último escalón y suspiré, fuimos recto hasta mi cuarto. Me separé de él y fui hacia el balcón, subí la persiana y abrí las puertas, hacia brisa, las cortinas se movían junto a la brisa.
-Luna, no está tan desordenado.-dijo con tono parecido a irónico.
-Ja-ja, si está desordenado, tengo el escritorio yo no se como con papeles del instituto y llevo aquí cerca de un mes y no ha habido clase, dime tu como están ahí, y hay polvo, no se aun que sea limpiar un poco, ¿no?-dije sentándome en la cama.
-Pero , haber, ¿no sería mejor esperar a que te quiten las escayolas?-dijo sentándose a mi lado.
-Pero... para que me quiten las dos faltan dos semanas, que la de la mano me la quitarán mañana, pero la se la pierna....- le respondí agachando la cabeza.
-Pues, mañana o pasado, cuando ya no la tengas, pero ahora, que no puedes usar nada más que una mano, como que no, es mi opinión.-dijo apartándome el pelo de la cara.
Le di un pequeño beso y me tumbé en la cama, con los brazos hacia atrás, y mirando el techo. Se tumbó junto a mí, claramente, tuve que apartar el brazo, se quedó igual que yo, pero con los brazos pegados al cuerpo. Le susurré al oído un simple te quiero, y le pegué un bocado en la oreja.
-Pero ¿qué te he hecho yo para que me pegues bocados?-dijo gruñendo.
-Jajajaja nada, pero me gusta morderte.-dije poniendo ojos de cachorrito.
-Si , si, por cierto, yo también te quiero.-dijo sonriendo y dándome un beso en la mejilla.
-Bueno, entonces, ¿qué hacemos ahora?-dije preguntando curiosa.
-No se, lo que quieras.-dijo mirándome.
-Mmmm, vamos a...-me quedé callada riéndome por dentro, conociéndole seguro que había malpensado.
-A...¿a qué?-dijo con los ojos como platos.
-Jajaja que mal pensado eres cariño.-dije con una sonrisa de oreja a oreja.
-Yo no soy mal pensado, tu eres la que lo ha dicho para malinterpretarlo.-dijo girando la cara hacia el lado contrario.
-Es que te conozco de una forma que se que lo malinterpretaras todo jajaja.-me empecé a reir a más no poder era imposible ahora mismo parar de reirme a carcajadas. Llegó un monto en el que me calló, me calló con un beso. Un beso dulce e infinito, no quería que acabase, pero algo nos interrumpió.
-Toc, toc.-se escuchó la puerta.-Luna, ¿estás ahí?
-Sí, estoy aquí, ¿que quieres, pesado?-le dije incorporándome.
-Vamos a ir mamá y yo al mercadona, ¿necesitas algo?-dijo mirándonos.
-Dile que quiero pringles y gominolas.-dije haciendo un gesto para que se fuera.-A espera dile que me compre champú, que se me está acabando.-le dije de fin con carita de niña chica.
-Vale, se lo diré simpática, hasta luego Óscar.-dijo despidiendose.
-Adiós Mario.-dijo sonriendo.
Cerró la puerta y me volví a tumbar.
-¿Eres tan simpático siempre?-dije incorporándome  y mirándole.
-Sí, suelo serlo, ¿por?-dijo con cara de extrañada.
-No, por nada, por nada.-me tumbé de nuevo.
Hubo un silencio extraño pero, se rompió.
-¿Qué estamos haciendo aquí, tumbados, aburridos?-preguntó curioso.
-No lo sé, yo no me puedo mover mucho y lo sabes.-dije cerrando los ojos y soltando un suspiro.
-Vamos a algún lado, aun que vallas en la silla, pero aquí no podemos estar encerrados.-dijo incorporándose y poniéndose de pie.
-Me tengo que cambiar, estoy en pijama, y yo sola no puedo.-dije  mirándole.
-Venga, yo te ayudo.-dijo extendiendo su mano.
-Já,¿estas de coña, no?-dije rechazándola.
-No, es de verdad, venga y cámbiate o te quedas aquí sola.-dijo con voz amenazante.
-Pues me quedo aqui, no voy a cambiarme yo sola, y menos, dejar que tu me manosees para que me pueda cambiar de ropa.-dije dándome la vuelta y aplastado la cara con el colchón de la cama.
-Pues me voy, después nos vemos guapa.-se acercó a mí, le miré, y me dio un beso.
-Vale, hasta luego, sabrás que estoy aquí.-dije sonriendo.
-Vale.- fue lo último que dijo cerró la puerta y se fue.
Cogí el móvil y me conecté, estaba aburrida.
1 mensaje privado de desconocidos. Le dí para verlo, era de Tom decía:
“Valla, valla, eres valiente como para salir sola a la calle, ibas muy guapa hace una semana o así, jajaja como te va con tu accidente, vas a volver a rechazarme hija de puta? ya te vale cuidado con lo que haces con tipo de gente como yo, la proxima vez  sal con alguien, que te puede volver a pasar lo que te a pasado ;)”
¿Esto era una amenaza?, dios madre mía que e hecho yo.
Lo copié y lo guardé por si se borraba el mensaje o algo.
Y ahora yo que hacia, si ya no poder salir a la calle una persona tranquila. Que asco de sociedad.
Miré el reloj eran las, las 7 de la tarde.
Hacía un calor infernal, necesitaba algo.
-¡Valla mierda!-Grité lo más alto que pude.
Esperaré a que lleguen mi madre y mi hermano así al menos alguien me hablará.
Miré el chat, estaban las chicas, me puse a hablar con todas, pero más con Ilenia llevaba siglos sin hablar con ella
Ilenia: Holaaa, chiiquii cuanto tiempo!(L
Yo: Cariiiñoooo, puees sii mucho tiempo :S (L
Y así hasta que llegaron mi hermano y mi madre, es para no tener que contaros toda la conversación, fue larga, la verdad, nos contamos todo lo que había pasado en este casi mes. Faltaba poco para el mes de que me mudara aquí, y para hacer 1 mes con él. Lo amaba.
-¡Mamá!-grité desde mi cuarto.
-¿Qué quieres Luna?-dijo mientras cerraba la puerta.
-Ven y ayudame a bajar, que yo no puedo bajar sola.-le dije sentándome en el borde de la cama.
-Vale, ya voy.- fue lo último que dijo.
Me intenté levantar, pero fue en vano, un poco mas y me siento de culo en el suelo.
-Ya estoy aquí, perdón por haber tardado, hemos estado guardando las cosas, toma lo que pediste.-dijo dándome un bolsa la cogí y miré dentro de ella las pringles, las gominolas, el champú si estaban las dos cosas. La solté encima de la cama y le rodeé el cuello con el brazo que tenía bien. Ella me  rodeó la  cintura y salimos de mi cuarto. Bajamos las escaleras y me senté en el sofá.
-Luna, nosotros nos vamos, que tu hermano ha conocido a un vecino de aquí cerca y le a invitado a la piscina.-dijo mi madre cogiendo el bolso.-¿Te quieres venir?
-No mamá, no tengo ganas lo siento, aquí estaré.-dije sonriendo.
-Venga, hasta luego.-dijo y cerró la puerta.
Cogí el móvil que lo tenía en el bolsillo y llamé a Óscar.
-Dime guapa.
-¿Te puedes venir para mi casa? Por favor, estoy aburrida y no se que hacer.
-Pues, dentro de un cuarto de hora o así me paso, ¿vale?
-Vale, pero no tardes mucho mas de un cuarto de hora.
-Vale, lo intentaré. Hasta luego, te quiero.
-Hasta luego, te quiero.
Colgó. Miré el reloj, eran las ocho menos cuarto. Me iba a morir del aburrimiento, necesitaba algo para no estar así.
Me tumbé en el sofá y miré el techo fui cerrando los ojos y me quedé dormida. Cuando me desperté y miré el reloj, eran las 10 y no había nadie, no habían llegado ni mis padres ni mi hermano, ni Óscar...
-Menos mal, que tardaba un cuarto de hora, me dije para mi misma.
Me levanté poco a poco para poder ir a la cocina para comer algo, tenía un hambre demasiado grande, cogí lo primero que vi, ya que no podía cortar nada con la escayola puesta.
Al momento, sonó el timbre, fui a abrir, era Óscar, le cerré la puerta en la cara.
-Au.- sonó un quejido de detrás de la puerta
-No te quejes que no te e dado.-dije burlándome de él.
-Si me has dado, y no poco, Luna abre por favor.
Abrí la puerta, si le había dado, le había dado y le había hecho daño, esa típica sensación que te da cuando te pegan un golpe como si te sangrara, pero no te sangra.
-Me has hecho daño.-dijo con la mano en  la nariz.
-Pues aguántate, ya estamos en paz.-dije intentando cruzar los brazos, intento nulo.
-¿Por qué?-dijo levantando una ceja.
-Si, ahora hazte el inocente, te llamé a las ocho menos cuarto, me dijiste que en un cuarto de hora o así venias han pasado dos horas, Óscar, dos horas.-dije alzando el tono de voz en el dos horas final.
-Ah, venga, ¿por eso?-dijo sonriendo.
-Sí, por eso haberme dicho, “No puedo ir cuando pueda voy, ¿vale?” pero tu no, ala ahí en un cuarto de hora estoy en tu casa.-dije mirándole a los ojos.
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¡Hola chic@s!
Perdón por tardar mas de media vida en subir un capítulo, es que entre el otro blog (http://onedirectioneralways.blogspot.com.es) también que en el verano salgo más por lo de la piscina y esas cosas suelo escribir poco :S espero que os guste el capítulo y pues nada que lo siento de verdad :S
Os Quiero Sois mi alegría :)

viernes, 22 de junio de 2012

Capítulo 24 ¿Por qué?

-Entonces...¿esto significa que me perdonas?-dijo encojiendose de hombros y poniendo una sonrisa adorable.
-No lo sé, aún estoy enfadada contigo, eso me  a dolido ¿sabes? lo que me has hecho no lo olvidaré...¿eso lo sabrás no?-dije apoyándome en su hombro, ya me había cansado de no apoyarme en nada.
-Si... lo se pero Luna tu sabes, que lo hice sin querer, no lo pensé, y lo lamento enserio...-dijo bajando el tono de voz.
-Ya, pero vamos a ver, es que jode y además duele, y mucho...-le dije agachando la cabeza.
-Lo siento de verdad, ¿cuantas veces tengo que decirte perdón?-dijo con los ojos entristecidos.
-Ninguna más, ya esta no necesito más perdones ni nada, que son errores de la vida, pero todo se supera, ¿vale?-le dije sonriendo.- Deja de preocuparte ya, que estamos en verano, en cuanto me recupere vamos a hacer lo que teníamos que haber hecho antes de que me pasara esto.- le dije señalándole mi pierna y mi brazo escayolados.
-Ya, hemos sufridos los dos, aun que tu más que yo... no me esperaba esto de Tom, de verdad, antes era lo contrario de lo que es ahora, se a vuelto de lo peor que existe.-dijo agachando la cabeza hacia un lado.-total son errores de la vida, aunque fuese mi mejor amigo pero ya fue mejor que dejaramos de serlo.
-Anda tonto, no digas eso, sabes que los mejores momentos se pasan con los mejores amigos.-le dije guiñándole un ojo.
-Nah.-dijo haciendo un gesto con la mano hacia atrás.-bueno vale, algunos pero no muchos.
-Ves, tengo razón y lo sabes no me lo niegues.-le dije soltando una carcajada.
-Vale, pero deja de acusarme.-dijo riéndose.
-Yo no te acuso de nada...-le dije hablando con la boca entreabierta.
-Bueno, se que no debería sacar el tema otra vez, pero entonces... ¿volvemos ha salir?-dijo encogiéndose de hombros y con una sonrisa de oreja a oreja.
-Vale, pero... no hay más oportunidades de nada, ¿vale? que ya me has hecho daño una vez, que si que aún te quiero, pero más daño, no me vas a volver ha hacer, ¿te queda claro?-le dije con voz amenazante.
-Si me queda claro, ¿Cuándo te quitan la escayola de la mano?-dijo levantando las cejas.
-Pues  llevo con ella desde el miércoles pasado y hoy es lunes, asi que mañana voy a ver si me la pueden quitar  ya, que estoy arta de esto, y de la calor no sabes que molestia, tengo que tener el brazo como una pasa.-le dije riéndome.
-Te acompaño yo en vez de tu madre al hospital, y te ayudo y tal.-me dijo mirándome a los ojos.
-Vale, entramos y se lo decimos anda, que estoy cansada de estar de pie.-dije quejándome un poco.
-Vale, una pregunta ¿tu madre querrá matarme?..., por haberte hecho daño y eso.-dijo preocupado.
-No creo, pero gasta cuidado, que te tendrá rencor.-le dije con tono chistoso.
-Ja-ja que graciosilla.-dijo sonriendo.
-Es la verdad, que quieres que te diga jajajaja.-dije abriendo la puerta.
-Anda, anda espero que no...-entramos y se lo dijimos a  mi madre, ella aceptó, con pocas ganas cmo me lo esperaba, pero nada ya se volverá a adaptar.
Eran las cinco de la tarde y Óscar ya se había ido, había quedado con sus amigos.
Cogí el móvil y me conecté, llevaba tiempo sin conectarme tenía varias cosas:
-Dos privados.
-Una etiqueta.
-Tres comentarios.
-Una petición de amistad.
Óscar miró, me dijo:
-Los privados son mios... como no me hablabas ni nada pues te los mandé para ver si me hablabas aun que sea... por escrito.
-Vale, tranquilo, es que no me conectado desde que nos peleamos y como que no tenía ganas de conectarme.-le dije acariciándole el pelo.
Los leí por encima y volví a inicio.
La foto era de Selenia con las demás, las echaba de menos... igual que ellas amí supongo. Comenté y seguí mirando las cosas.
Los comentarios uno era de Selenia, y el otro de Alexandra, se los contesté con mucha felicidad.
La petición, la abrí y me quedé paralizada.
Era de Tom, era el mismo Tom ese de la playa que me amenazó.
-Luna que te pasa, ¿que ha pasado?-dijo preocupado.
Le dí el móvil y  lo vio, se quedo igual que yo, pero el reaccionó.
-¿Por qué me a mandado amí?¿Por qué?.-dije preocupada.




domingo, 27 de mayo de 2012

Capítulo 23 Lo hecho, hecho está


Estuve así dos días sin salir de mi habitación, ni comer ni nada pero al final me digné a salir de mi cuarto y llamar a mi madre para que me ayudase a ducharme ya que no podía sola, Selenia se fue porque se iban de vacaciones a una ciudad donde viven sus tíos porque llevaban ya sin verles como dos años. Hasta que no volviera dudaba volver a verla.
De vez en cuando miraba el móvil y cuando miré por última vez vi 12 llamadas perdidas y 2 mensajes, eran de Óscar, después de lo que me ha hecho como se digna a mandarme mensajes y llamarme... ¿cómo? No me lo creía pero que le iba ha hacer aún le  quiero…
Llamé a mi madre:
-¡¡¡Mamá!!!-grité desde lo alto de las escaleras.
-Dime hija.- me contestó asomándose desde abajo.
-¿Puedes subir y ayudarme a ducharme por favor?- le dije mirándola.
-Si ahora subo, ve preparando la ropa y tal ¿vale?-me dijo sonriendo.
-¡Vale! En mi cuarto te espero.-me fui hacia mi cuarto y saqué del cajón de los pijamas otro pijama porque pasaba de salir  a la calle.
Pasaron diez minutos y mi madre apareció con su brillante sonrisa, siempre tan feliz pocas veces había estado triste, nada más que con las cosas serias que habían pasado.
Me ayudó y mientras estuvimos hablando, le dije ya cuando acabamos que me hiciera de comer que tenía muchísima hambre, que estar dos días sin comer no era bueno.
Bajamos y me hizo de comer, me senté en el sofá  y encendí la televisión puse una película que estaban echando en antena 3. Odio este canal siempre tiene millones de anuncios y te puede dar tiempo hasta irte a comprar, volver y aún no ha empezado, pero bueno algunas películas merecían la pena. Al menos a mí me gustaban.
Tocaron al timbre, mi madre fue y abrió.
-Hola Sara, ¿está Luna? Necesito hablar con ella por favor.-dijo una voz que me resultaba muy familiar, parecía la de Óscar pero no lo sabía seguro.
-Si está, pero no se si deberías hablar con ella acaba de salir de su cuarto hace un rato desde que paso lo que paso…-dijo bajando un poco el tono de voz.
-Ya lo se, pero ahora me siento vacío desde aquel día no he salido de mi casa hasta ahora, la he fastidiado no se lo tenía que haber dicho por favor déjame hablar con ella.-dijo con tono triste.
Dejé el plato encima de la mesa que había delante del sofá, me levanté y fui hacia la puerta caminando como pude.
-Mamá deja, ya hablo yo con él.-le dije apoyándome en su hombro para no caerme.
-¿Segura?-me dijo mirándome a los ojos.
-Si mamá, tranquila, que no va a pasar nada.-cojeé un poco y me apoyé en el hombro de Óscar.
-Vale, ¿os quedáis aquí en la puerta?-dijo mirándonos.
-Si nos quedamos aquí, no nos iremos más lejos como mucho a su casa.-le dije mirándola.
-Vale, gastad cuidado. Y tu, cuida a mi hija como le pase algo, lo que le a pasado a ella te va a pasar a ti.- dijo mirando a Óscar con voz amenazante.
-Vale tranquila que no le pasará nada.-dijo amarrándome por la cintura.
Salimos y cerró la puerta cuidadosamente.
 Me solté de el y  me puse frente suya.
-Que quieres, ¿no me has hecho ya bastante daño?-le dije cruzando el brazo.
-Pues quiero decirte que
lo siento de verdad, me arrepiento de lo que te dije a lo mejor no me perdonas, o no vuelves a salir conmigo… pero de verdad lo siento mucho… lo hice sin pensar y no se si podrás perdonarme.-dijo mirándome a los ojos.
Mostraban tal sinceridad… ¿como iba a poder decirles que no les perdonaría?
-Bueno, mira que vale, que ya está que lo hecho, hecho está, que no se puede volver atrás.-le dije desviando mi mirada de la suya.
-Entonces… eso que es ¿me perdonas?- puso esa carita que tanto me gustaba.
-No lo sé después de lo que me has hecho no lo sé.-le dije con tono de preocupación.
-Luna de verdad, que lo siento que me he arrepentido de lo que te he hecho
, que  a mí también me ha dolido, cuando llegué a mi casa pensé lo que hice y me arrepentí mucho… y después vino Selenia y me echó la bronca por lo que hice, y ya he pensado y he querido venir a decírtelo.-dijo intentando mirarme a los ojos.
No lo soporté más y me lancé le dí un beso y sonreí mientras me abrazó y me miró.
frases de amor